lunes, 22 de noviembre de 2010

Los Business Angels dan Alas a la Red

Publicado en ElPais.com


MIGUEL ÁNGEL GARCÍA VEGA 

NEGOCIOS  -  Negocios - 21-11-2010
Los business angels extienden sus alas, pues el suyo es un negocio que aprovecha los vientos económicos adversos para crecer. Hay ganas de invertir, hay dinero, tal vez no demasiado, pero hay, y, sobre todo, hay ideas que financiar. Y algunas muy buenas. Eso sí, Internet impone su peculiar dictadura. "El inversor busca proyectos en la Red, que sean fácilmente replicables, es decir, que se puedan implantar en otros países, y que exijan una inversión inicial limitada y que, a la vez, generen ingresos con rapidez", resume Ángel San Segundo, director de alumnos de la Escuela de Organización Industrial (EOI). Y precisa: "La gestión de la caja es vital".






¿Están pidiendo la cuadratura del círculo? Pues parece que no. Al menos, esa es la opinión de José Marín, un reconocido business angels, que cuenta en su cartera con 23 inversiones a nivel internacional. "Me gusta bastante el sector del comercio electrónico, tiene mucho potencial tanto aquí como en Brasil". Habrá que prestar atención a la voz de un ángel bien conocido en este ambiente, y que mueve mercado: invierte de media entre 18.000 y 360.000 euros por negocio. De momento, en España, solo participa en Captalis (un comparador por Internet de servicios financieros), pues hace cinco meses desinvirtió en su otra participada española, Educaedu (directorio de educación online), pero siempre "permanece con los ojos abiertos", dice. ¿Y qué le entra por la vista? "Busco proyectos con un mercado potencial grande, que el momento sea bueno, esto es, que no haya otras compañías compitiendo con la misma idea, y que el negocio sea eficiente en el uso de capital".
Con la crisis, resulta evidente que los business angels están aumentando sus exigencias para financiar proyectos. Al fin y al cabo, son una rara avis. "En España, activos, de verdad, y haciendo operaciones, hay cinco o seis. Eso sí, analizan todos los proyectos que salen", avanza Pablo Gómez de Pablos, socio de GBS Finanzas. Apunten algunos nombres. Rodolfo Carpintier, Luis Martín Cabiedes, Marc Costafreda, Carlos Blanco o el propio José Marín.
Junto a ellos conviven fondos especializados en Internet como Nauta Capital o Active Capital Partners (ACP) y firmas privadas, una de cuyas patas es la inversión en iniciativas novedosas, sobre todo en la Red, como BeGreat, capitaneada por Axel Serena. Y, de fondo, la Asociación Española de Redes de Inversores Privados (AEBAN), que engloba a diversas redes de business angels que hay en España (Madri+d, BCN Business Angels, CEEI-Alcoy, IESE, Impiva). Sin embargo, estas aún generan pocas operaciones.
Pero si uno tiene una idea en la que cree, hay que animarse. No es fácil seducir a los pocos ángeles que existen, pero tampoco resulta imposible. "Si te mueves en un año puedes llegar a ver unos cien proyectos. De estos estudias por ti mismo cerca de 20 o 25, y de aquí pueden salir dos o tres en los que realmente estás interesado", describe un business angels español que prefiere no ser citado "para evitar un aluvión de llamadas". Esta precaución por la intimidad demuestra que ideas haberlas haylas. En su caso invierte entre 100.000 y 300.000 euros por proyecto, y en su cartera figuran tanto iniciativas que trabajan en la Red como firmas tecnológicas puras y duras. Pero, a su juicio, la clave está "en cómo encuentres al equipo fundador del proyecto. Su compromiso y su profesionalidad. Es un factor decisivo a la hora de invertir", apostilla.
Y en este apartado, que mezcla formación y preparación, mucho tienen que ver las escuelas de negocios, auténticos graneros de emprendedores y proyectos. Juan Roure, profesor del IESE y presidente de la AEBAN, enfatiza que el foro que organiza su escuela presentó el año pasado cerca de ochenta proyectos a cien inversores en Madrid y Barcelona, y se consiguió levantar capital al menos para unos ocho o diez.
"La calidad y cantidad de las ideas han mejorado", dice Juan Roure. Y avanza: "Están teniendo mucha demanda los modelos de éxito ya probados. Como fue el caso de BuyVip [outlet de compras por Internet], en el que el equipo fundador tenía experiencia significativa en su sector. Era un negocio que ya existía en Francia y sabían que funcionaba bien".
El lector atento puede darse cuenta de que el monopolio de Internet es un hecho. Realmente, a día de hoy, solo hay dos sectores en los que estos inversores privados se fijan, además de en la Red, son la biotecnología y las energías limpias. Sin embargo, estas últimas se han convertido, sobre todo, en coto del capital riesgo ya que precisan de elevadas inversiones. Mientras "que en Internet con un desembolso de entre 500.000 y un millón de euros se puede desarrollar un proyecto muy potente", dice Luis Martín Cabiedes. Y hay que escucharle. Está considerado como uno de los mayores business angels de este país en negocios por Internet (ahí está el éxito de su desinversión en el outlet Privalia). Tiene una cartera de 24 inversiones, todas relacionadas con proyectos en la Red, y este año, "en el que hay una actividad inusual", afirma el inversor, ya lleva 12. Tiempo y esfuerzo le dedica, pues analiza 500 operaciones al año.
Otro ángel que lo apuesta todo a Internet es Rodolfo Carpintier. Acaba de desinvertir en la red social Tuenti y en BuyVip, "y ha ido bastante bien", asegura. Actualmente tiene 34 inversiones repartidas por Europa, China y EE UU, y estudia unas seiscientas propuestas anuales, de las que salen adelante entre 7 y 10. ¿Y en cuanto a inversión? Entre 150.000 y 200.000 euros por proyecto. Además, su estructura inversora es singular. A través de la incubadora Digital Assets Deployment (DAD) ha dado entrada, a su vez, a 54 business angels que invierten tanto en la propia DAD como en algunos proyectos que esta lidera. En general, suelen ser operaciones superiores a 200.000 euros.
Este escenario de intensa actividad se amplifica ante la falta de financiación por parte de bancos y cajas. "Hay poca y la que hay es cara", dice Natalia Aguirre, analista de Renta 4. Esta situación provoca que los emprendedores redoblen sus esfuerzos para seducir a los inversores. Una forma de hacerlo es a través del Proyecto Escuela Banespyme-Orange, en el que también participaba el Instituto de Empresa, que busca presentar proyectos básicamente tecnológicos a business angels. En sus ocho ediciones se han creado 77 compañías y se han levantado unos 6,5 millones de euros. "Cada vez hay más inversión y cada vez los inversores son más profesionales", refrenda Daniel Soriano, portavoz de la iniciativa. Y añade: "De media, los inversores buscan una rentabilidad del 20%". Para quien se lo esté preguntando, no se financian directamente los proyectos, lo que, quizá, contando con la participación de Banesto, tendría más sentido, sino que es un escaparate que pone en contacto ideas y financiación particular.
A juicio del business angels Carlos Blanco, promotor en España del First Tuesday, que reúne inversores y proyectos, "este tipo de iniciativas están pensadas para hacer más ruido ymarketing que otra cosa". Y lo dice un peso pesado, que a día de hoy cuenta con 18 inversiones, todas orientadas a Internet y nuevas tecnologías. Al mes analiza entre 10 y 15 propuestas, de las que pueden dar frutos cinco o seis al año, y su horquilla de inversión va de 25.000 a 50.000 euros. Además, el mercado se mueve: "Hay algo de dinero, el problema es que no es fácil hallar buenos proyectos con ambición internacional", concluye. -




Custodios escurridizos
La imagen que viene a la cabeza de un business angels es la de alguien escurridizo y difícilmente accesible que, de esta forma, se protege de un bombardeo de propuestas. Teniendo en cuenta que los más activos pueden analizar, al menos inicialmente, más de quinientas ideas al año, esta fotografía resulta bastante realista. Porque no hay que llevarse a engaño, la relación entre inversor y emprendedor muchas veces es muy complicada.
"A cambio de asumir más riesgo que un inversor normal, la participación del
business angel en la empresa suele ser
mayor y el emprendedor tiene que estar dispuesto a diluir su participación en su propio proyecto. Algo que no siempre es fácil", advierte Juan José Güemes, responsable del Centro Internacional de Gestión Emprendedora del Instituto de Empresa. -

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